Estudio Contable Tesa

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    Costos ocultos

    - by Estudio Tesa

    Las pymes argentinas, con los recursos humanos y económicos muchas veces al límite, justos y sin mucho margen de maniobra para hacer cambios fuertes, deben tener una visión amplia de la estructura de costos, y cuando decimos amplia, nos referimos a estar siempre alerta a los nunca deseados costos ocultos. Identificarlos a tiempo y eliminarlos cuando sea oportuno, puede cambiar la ecuación y mejorar la rentabilidad, que, como ya sabemos viene golpeada por la inflación, la demanda contraída, la presión tributaria y la elevada y muchas veces desleal competencia.

    Según estadísticas se calcula que entre el 15 y el 40% de la capacidad de las empresas está relacionada con retrabajos y productos o servicios defectuosos. Lo que termina pasando en la práctica cotidiana, es que muchos de estos costos no son registrados en la contabilidad de las empresas por diversos factores, pero sobre todo porque es difícil calcularlos o estimarlos.

    Según la metodología japonesa de Lean Manufacturing, los costos ocultos más comunes se agrupan en 8 categorías:

    • Defectos y retrabajos: Se produce por no haber realizado un proceso correctamente o por haber generado un producto defectuoso. Efecto: se pierde tiempo, material y hasta se puede perder al cliente.
    • Sobreproducción: Producir más de lo que se va a vender. Efecto: Inventario de productos muertos y capacidad no aprovechada para producir un producto que tenga más ventas.
    • Espera: Empleados esperando que lleguen clientes. Efecto: pérdida de dinero.
    • Transporte: Es una de las pérdidas más comunes de tiempo, esfuerzo y dinero que el cliente no valora porque ocurre dentro de la empresa y no mejora la calidad del producto final.
    • Inventario: Comprar más de lo necesario o bien no planificar stocks.
    • Movimiento del personal: Mala organización de procesos o elementos lejos del alcance de los empleados (ejemplo clásico el de la impresora)
    • Exceso de procesamiento: No agregar pasos, tareas o insumos a procesos que suman valor para el cliente.
    • No escuchar a los empleados: El recurso humano no aprovechado también es un costo. Los empleados saben cómo mejorar la operación, pero si no los escuchamos cuando proponen ideas, nunca lo vamos a saber.

     

    Te proponemos enfocarte en costos ocultos, porque, aunque no los veas o percibas, están ahí…

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    ¿Sabés qué es el punto de equilibrio y para qué se utiliza?

    - by Estudio Tesa

    Cuando hablamos de punto de equilibrio nos referimos a una de las herramientas más potentes para toma de decisiones que todo emprendedor debería conocer. Se trata ni más ni menos del nivel de actividad o la cantidad de ventas que la compañía debería lograr, para no perder dinero.

    También conocido como “punto muerto” o “costo de abrir la empresa”, se lo define como aquel punto donde los ingresos producidos por las ventas igualan a los costos totales de la empresa. Su denominación comienza con la palabra “punto” ya que, al graficar los costos e ingresos en un eje cartesiano, se lo encuentra en el “punto de intersección” entre ambos conceptos, como mostramos a continuación.

    Se lo utiliza para:

    • Conocer el punto a partir del cual se comienza a ganar dinero
    • Para tener una aproximación a la medida del riesgo que el emprendimiento enfrenta
    • Para evaluar una estrategia que impacte en las ganancias que la empresa genera

     

    Es muy importante saber que se lo puede calcular tanto en unidades físicas como en unidades monetarias y que además su cálculo puede realizarse aun cuando la empresa comercializa más de un producto, utilizando en este último caso, márgenes de contribución ponderados.

    ¿Conoces el punto de equilibrio de tu Pyme?

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    Cómo gestionar el tiempo desde la dirección Pyme

    - by Estudio Tesa

    Dwight D. Eisenhower, ex presidente de los EE.UU., pensaba que debemos dedicar atención y tiempo a nuestras actividades en función de su importancia y urgencia. Decía, con razón, que tendemos demasiado a centrarnos en las cosas que son importantes y urgentes a la vez, lo que genera un comportamiento reactivo ante lo que se tiene que hacer ahora mismo, en vez de centrarnos en las cosas que son importantes, aunque poco urgentes, lo que sería la base de un comportamiento más estratégico, orientado a objetivos a largo plazo.

    Recuerdo que hace algunos años asistimos a un seminario brindado por una entidad financiera y el expositor a cargo de la jornada dijo una frase que nunca jamás olvidamos:” El dueño de una Pyme sólo debe hacer dos cosas: pensar y relaciones públicas”.

    El tema es que el “día a día” está lleno de ladrones del tiempo que tenemos que combatir y para eso les brindamos algunas ideas y conceptos que les pueden ayudar a gestionar el tiempo.

    Las normas básicas de la gestión del tiempo se reducen a tener un buen entendimiento de cuáles son las prioridades y saber reconocer las tareas que más atención nos merecen.

    Ante cada tarea te tenes que cuestionar dos cosas: si es urgente y si es importante. Así podrás distinguir mejor entre cuatro clases de tareas y establecer un plan claro para organizarte el día:

    FECHA

    URGENTE NO URGENTE

    IMPORTANTE

    1.       HACER

    2.       PLANIFICAR

    NO IMPORTANTE 3.       DELEGAR

    4.       ELIMINAR

     

    1. Abordar las tareas urgentes e importantes inmediatamente

    Poner en una lista las cosas que tenes pendientes te libera la mente. Pero pregúntate siempre qué es lo que deberías hacer primero: las tareas importantes contribuyen a tu estrategia a largo plazo, por lo que terminan mereciendo la pena.

    Decide qué hacer primero simplemente haciéndote esta pregunta: ¿qué tiene que estar terminado esta mañana o en las primeras horas del día?

    1. Programa las tareas que son importantes, pero menos urgentes, para otro día

    En realidad, este es el cuadrante al que más tiempo deberías dedicarle. El porqué: todas estas tareas pendientes contribuyen a tu estrategia a largo plazo y sirven a un objetivo más alto para hacer crecer el negocio. Además, este cuadrante te quita mucho estrés, ya que te deja tiempo para trabajar en asuntos importantes.

    Una regla de oro: no exageres con la planificación.

    1. Delega las tareas urgentes, pero no tan importantes

    En una pyme es muy normal que quieras encargarte de todo personalmente: Pero mucho cuidado: mientras que estás terminando un millón de cosas, no estás contribuyendo a tus objetivos a largo plazo.

    1. Elimina de tu mente y agenda las tareas que sean irrelevantes y nada urgentes

    Intenta reducir al máximo el tiempo que pasas en las redes sociales o navegando por internet de forma distraída. Date cuenta de la cantidad de horas que te pasas al día trabajando con el piloto automático, sin darte cuenta de que estás perdiendo el tiempo.

     

    El tiempo es dinero, nunca lo olvides.